Regla se mueve sobre el mar y tres ruedas
Las nuevas “moticos”, más económicas, se suman a las privadas, que conectan la Lanchita de Regla con Guanabacoa y San Miguel del Padrón.

Ya hace casi un mes que en Regla transitan triciclos que conectan el Parque de las Madres, muy cerca del emboque de la emblemática Lanchita con la Rotonda de la Shell, en el municipio de Guanabacoa.

Esta es la única ruta que trabaja, de las dos anunciadas por el ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila.
Las nuevas “moticos” ya rodaban en otros municipios de La Habana y otros puntos del país. De acuerdo con el propio ministro, para agosto pasado, se contabilizaban al menos 432, la mayoría de ellas concentradas en la capital, unos 162.
En Regla, se suman a las alternativas de movimiento. De ese lado de La Habana, los reglanos parecieran privilegiados porque cuentan con tres variantes de transportación: el servicio de lanchas, el casi escaso servicio de ómnibus con al menos tres rutas y las gacelas de la ruta 10, muy menguada en los últimos tiempos.
Pero lo cierto es que en el municipio que alberga a la Virgen de Regla, moverse a veces se convierte en una odisea por su ubicación geográfica nada favorable en comparación con otros municipios.

La llamada Sierra Chiquita se encuentra a un costado de la bahía de La Habana. Colinda con Guanabacoa y Habana del Este. Para llegar a esos municipios vecinos no es necesario atravesarla. A ambos se puede llegar a través de la Vía Blanca y, en el caso de Habana del Este, también por el Túnel de La Bahía.
Ello provoca que mucha de la transportación estatal que se mueve cerca bordee el municipio y reduzca las probabilidades de beneficio.
Así pasa también con el servicio privado. Para tomar una “máquina”, como le llaman en La Habana a los taxis colectivos, los reglanos deben llegar hasta “El arcoíris”, un punto a casi dos kilómetros del emboque que da acceso a la Avenida del Puerto y por donde se despliega la ruta privada que va desde Guanabacoa hasta La Habana.
Sin dudas, la vía legendaria para transportarse desde y hasta la zona reglana es la lanchita, con dos embarcaciones en circulación en este momento. Así, cada media hora se conecta la costa de la Avenida del Puerto con el emboque. Pero el caos se desencadena cuando no prestan servicio y los residentes obligatoriamente deben bordear la bahía para llegar a casa.
Antes de que llegaran las amarillas, ya había “moticos”

Los triciclos ya formaban parte del paisaje en Regla. Se trasladaban en dos rutas: Emboque-Virgen del Camino y Emboque-Semáforo de Guanabacoa, llegando a veces hasta el centro del municipio vecino.
Estas motos privadas mantienen vigente el servicio a pesar de la llegada de las más “económicas”, a precio estatal de 10 pesos, mientras que las privadas circulan por valor de 200 pesos hasta la Virgen del Camino y el mismo precio hasta el semáforo.

Los reglanos exigen que las motos estatales lleguen hasta La Virgen del Camino y no hasta La Rotonda, pues “te quedas a mitad de viaje”, comentan algunos en la parada.
Sin embargo, estas siguen siendo el grueso del transporte en Regla y lo que la hace moverse en tres ruedas.

Lo cierto es que ambas alternativas se desarrollan en un contexto de crisis para el transporte. El país no logra cumplir con las necesidades de un traslado eficiente debido, según las autoridades, a la falta de piezas de repuestos para los ómnibus y la poca disponibilidad de combustible que permita más frecuencias en las rutas.

